Café estrellado: 2014

Nubes en el café

1833

viernes, 8 de agosto de 2014

Sueño de una mujer despierta.

Todo se veía tan oscuro... no se veía nada, los ojos tardaron lo que me pareció una eternidad interminable en acostumbrarse a la luz de una simple vela en el centro de toda la estancia... seguía viéndose todo demasiado oscuro... todavía. El pavor me entró en el cuerpo en un instante, me estremecí, una pequeña ráfaga de viento acababa de atravesarme y no había ni una sola ventana abierta, al segundo siguiente un estridente sonido proveniente del jardín me hizo dar media vuelta de manera brusca hacia la ventana mas cercana y andar hacia atrás, tropecé con la alfombra y caí sobre el sillón, al terminar de caer noté como si un fantasma me atravesara. Mi temperatura corporal bajó de manera hipodérmica, me levanté en segundos y corrí al interruptor y encender la luz. No se encendieron por más que le daba al interruptor. Me asusté aun más, miré de nuevo a la ventana mas cercana que tenia, el columpio había caído sin razón aparente.
 Una nueva ráfaga cruzó la estancia apagando la única vela que daba algo de luz y empezó a oler a cigarrillo de una manera muy fuerte. Sentí que mis pulmones se cerraban y empecé a toser, intenté llegar hasta la puerta a ciegas para salir corriendo a un lugar seguro. Tropecé con la pata de una mesa, caí al suelo golpeandome la cabeza con algo puntiagudo y al mismo instante que sentia el golpe me vi despierta, sentada en el borde de una cama, con un osito de peluche en las manos. Habia claridad. Miré hacia el ventanal de el cuarto. Era de dia, gire sobre la cama en dirección hacia una puerta cerrada dentro de la habitación, se oian ruidos en el interior, era alguien duchandose. Estaba despierta, habia tenido un sueño, un horrible sueño. Acababa de soñar despierta y parecia que era algo que habia ocurrido de verdad. Me sentí aliviada al ver que solo habia estado soñando despierta.

Gabriel García Marquez

Ninguna persona se merece tus lagrimaras y quien se las merezca no te hará llorar.

lunes, 5 de mayo de 2014

— Ni un minuto más, Natalie Moore.

“Todos decían que era sólo un chico. Pero nunca entendieron que era quien me hacía suspirar, quien me hacía sonreír, quien me hacía llorar… quien podía controlar mi estado de ánimo con una palabra, quien podía destruirme con una mirada y reconstruirme con una sonrisa. Él lo era todo, pero nadie jamás lo notó.

lunes, 6 de enero de 2014

Nunca negaré que exististe pero todos los días negaré que te quise. Nunca negaré que te conocí pero todos los días negaré que me enamoré de ti. Nunca negaré que hablamos pero todos los días negaré que te escuché. Nunca negaré que me conociste pero todos los días negaré que te compartí mi vida. Nunca negaré que algo sucedió pero todos los días negaré las consecuencias de tu partida, tal vez en la negación recupere mi corazón.